Dormir mejor para rendir más: la base invisible del rendimiento físico y mental
Introducción
En un contexto donde el entrenamiento y la nutrición suelen acaparar toda la atención, el descanso continúa siendo el factor más infravalorado del rendimiento. Dormir bien no solo mejora el desempeño deportivo, sino que es determinante para la salud hormonal, cognitiva y emocional.
¿Qué ocurre realmente cuando dormimos?
Durante el sueño se activan procesos esenciales:
Liberación de hormona del crecimiento.
Reparación del tejido muscular.
Consolidación de la memoria y el aprendizaje motor.
Regulación del sistema inmunológico.
Dormir menos de lo necesario altera la sensibilidad a la insulina, aumenta el cortisol y reduce la testosterona, lo que impacta directamente en la composición corporal y la recuperación.
Sueño y entrenamiento: una relación directa
Estudios recientes muestran que atletas que duermen menos de 6 horas presentan mayor riesgo de lesión, peor capacidad de reacción y menor tolerancia al volumen de entrenamiento. El descanso no es pasivo: es parte del programa.
Recomendaciones prácticas
Mantener horarios regulares, incluso fines de semana.
Evitar pantallas al menos 60 minutos antes de dormir.
Dormir en un entorno oscuro, silencioso y fresco.
Priorizar entre 7 y 9 horas de sueño efectivo.
Conclusión
Entrenar más no siempre es entrenar mejor. Dormir bien es una estrategia activa de rendimiento y salud a largo plazo.
Referencias bibliográficas
Walker, M. (2017). Why We Sleep. Scribner.
Mah, C. D. et al. (2011). Sleep extension and athletic performance. Sleep.
Fullagar, H. H. K. et al. (2015). Sleep and athletic performance. Sports Medicine.